jueves, 30 de mayo de 2013

CUENTO: PACTO INFERNAL


Todos habían llegado a la hora indicada. No existía mejor momento para encontrarse con los espíritus del infierno, que   las 2:30 de la madrugada, justo  cuando el mundo de los vivos duerme, y las almas en pena vagan por las calles. En las paredes la cruz del calvario se mostraba al revés, como un signo del anticristo, al frente; un altar se alzaba con horrorosas cabezas de cabras cercenadas e  incrustadas en palos.  Cada miembro de la secta llevaba en su mano un cuchillo. Fue cuando apareció “EL JUSTO” con lo llamaban, vestido con una sotana de color negro y en su mano el libro de la muerte.  La mayoría de los asistentes era adolescentes que no pasaban de los 16 años. Provenían de hogares disfuncionales y  su único afán era encontrar  paz en sus tormentosas vidas, irónicamente la promesa de tranquilidad que el líder  pregonaba estaba ligado a la muerte. Para él;  morir es alcanzar la vida eterna. Aunque eso signifique decidirlo por uno mismo.
-¿Por qué esperar para ser felices?- dijo el líder  al mismo tiempo que alzaba el libro de la muerte – Hoy seremos testigos de la unión de nuestras almas en un pacto que nos librara de nuestros sufrimientos- luego de aquellas palabras,  comenzó a invocar diabólicos conjuros que eran coreados por los asistentes, quienes  entraron en una histeria colectiva de siniestros movimientos corporales, como si fuera una espeluznante danza celebrando  la muerte. Cuando todo se calmó se hirieron  con un profundo corte en cada una de sus manos y tomándose todos  de las mismas  juraron morir para alcanzar su errada felicidad.


Al día siguiente  el pacto cobro a su primera víctima. El cuerpo de un joven fue hallado sin vida desangrado a un costado de la  carretera. Con un trozo de vidrio que reposaba en su pierna se había cortado  las venas. En uno de sus bolsillos se encontró una nota que  decía: “El cielo es más oscuro antes del amanecer” días después una estudiante de la misma localidad fue encontrada en su aula de clases ahorcada, en la pizarra antes de suicidarse escribió: “no hay vida sin muerte” la conmoción fue brutal  cuando en el rio descubrieron a tres chicos  que ahogados flotaban. Las autoridades mediante trabajos de inteligencia lograron la captura del  líder de la secta, quien confesó su desquiciado plan. La justicia fue implacable dictaminando la pena de muerte con inyección letal  para el causante de los múltiples suicidios.  Aunque la policía pudo evitar más muertes; el día del juicio al pedir al acusado sus últimas palabras,  con una sonrisa maligna  y ante la mirada ansiosa de quienes asistieron a la  ejecución dijo: - hoy no moriré. Hoy viviré para siempre- su aterradora carcajada se apagó cuando el veneno fluyo por sus venas matándolo en el acto. Después de aquello su alma fue condenada a vagar infeliz  por el mundo atormentando a  jóvenes indefensos  cuyo débil carácter los hacía caer en el suicidio. Hay quienes dicen que detrás de cada muerte, aquel espíritu infernal obra en la  fatal decisión.

CUENTO: LA ÚLTIMA LLAMADA


De pronto pasos extraños escucho en la parte baja de la casa. Las ollas de la cocina sonaron tan fuerte que se paralizo de miedo. El crujir de la madera subiendo las escaleras podía sentirse, al igual que una siniestra presencia. Cuando abrió la puerta de su dormitorio para saber quien estaba afuera, un espasmo terrorífico la sobrecogió al ver el  pasillo totalmente  vacío. Para Laura Medina, resultaba agobiante estar sola y más aún en la noche, aunque después de lo que ocurrió. Era lo menos que podía esperar.

Horas antes  tuvo una de  esas peleas en donde ninguno  estaba dispuesto a ceder. Laura era de carácter explosivo,   además sufría de celos enfermizos. Sin embargo;  su esposo, Daniel Gonzales, soportaba  con una calma condescendiente  aquellos momentos difíciles, aun sabiendo que todo llega a su límite. 

La llamada de una compañera del trabajo al celular de Daniel, había enfureció a Laura, quien sin tapujos  lo insulto  cuestionando una y otra vez con insistencia demencial el atrevimiento de aquella llamada. – Si me pongo celosa es porque te amo- era su justificación de siempre. Pero aquella fría  mañana de sol apagado; fue distinta.  Solo se  escucho el sonido ensordecedor de un plato reventado con furia en el piso, y el grito agónico de  Daniel – me tienes cansado. Si te he soportado tanto tiempo es porque te amo, pero hasta hoy  te aguante.  Me largo- y con la misma fuerza cerró la puerta para marcharse  en su vehículo.
Laura solo pudo tragarse cada palabra que deseaba decirle y encerrada en su dormitorio lloro de coraje hasta  quedar sin lágrimas. A  momentos tenia deseos de llamarlo y pedirle perdón, pero su  orgullo era más fuerte. Al punto de rechazar una llamada de su esposo en ese momento.  Así pasaron las horas.
Al final de aquel pasillo vacío,  podía verse un relejo de luz salir por la rendija de la puerta, en el  cuarto de huéspedes. Lentamente se acercó con la piel erizada de miedo, abrió  la puerta y en medio del dormitorio estaba Daniel, a media luz a penas se podía ver su cuerpo. la reacción de Laura era de esperarse– que haces ahí parado, casi me matas del susto; eso es lo que quieres matarme- Daniel petrificado solo dijo – perdóname … perdóname...- aquel silencio se interrumpió por el sonido del teléfono en la sala - me dejas todo el día sola y quieres que te perdone, estoy muy resentida- gritaba Laura mientras el incesante sonido del teléfono persistía – dime algo Daniel porque te callas- reclamaba Laura  - perdóname…  – Era lo único que repetía una y otra vez. Al tiempo que llego a perturbar el consecutivo sonar telefónico. – Teléfono del demonio quien puede molestar a estas horas- bajo diciendo Laura, quien furiosa contesto:

-   halo -
       -   buenas noches  con la Sra. Laura Medina-
-    si dígame, con la misma-
     -    señora, sé que es difícil esto; pero su esposo tuvo un accidente de tránsito. Esta muerto –
               

Fue cuando entendió que el espíritu de su esposo solo buscaba despedirse. Y sintió un profundo dolor de arrepentimiento al enterarse que aún con vida, Daniel intento llamarla; pero  nunca escucho su voz por última vez

CUENTO: EL PROFANADOR DE TUMBAS


Para Javier la felicidad e inocencia en la infancia es solo un espejismo que puede ver a lo lejos pero que jamás podrá alcanzar. A sus 14 años tiene que trabajar para ayudar a su abuela quien adolece una grave enfermedad. Hubiera preferido  jugar con sus amigos; pero tuvo que madurar a la  fuerza;  algo que sin duda lo llevo a cometer aquellos actos abominables.

Fue en el cementerio general, cuando el velador, un anciano de 80 años;  realizaba su caminata de  rutina por los senderos del campo santo, que hizo el espeluznante hallazgo. Varias tumbas habían sido profanadas. La tierra estaba completamente removida, y de los cadáveres solo quedaron  vestigios de su instancia. Para cuando intento  salir y avisar del macabro hecho, Javier lo sorprendió partiéndole la cabeza con un certero piedrazo que lo mato desangrado.  Su cuerpo formo parte de su botín.
El chico había encontrado una morbosa y peculiar forma de ganar dinero. Profanaba tumbas y vendía los cuerpos a una misteriosa secta satánica, que  utilizaban los cadáveres para comprobar un siniestro conjuro, cuya finalidad era resucitar a los muertos. Aquella noche, el ritual no salió como lo esperaban, asi que envolvieron los cuerpos en sacos llenos de piedras y los lanzaron al río, no obstante, la secta seguía perfeccionando sus oscuras intenciones.  A Javier poco le interesaba lo que hacía con los difuntos, pues el dinero recibido justificaba llevar consigo el olor a muerte por todos lados.
El dinero que lograba recaudar no eran suficientes para la medicina que necesitaba su abuela, quien lo crio luego de quedar huérfano de padres. La anciana significaba su única familia. Si algo de afecto existía en su vacío corazón,  provenía de ella. Sin embargo; la muerte no es algo de lo que simplemente se pueda escapar.  Luego de una larga agonía, falleció en su cama al regazo de su amado nieto.

Para ese momento los perversos integrantes de la secta, había perfeccionado su ritual. Llamaron a Javier pues necesitaban un nuevo cuerpo con el cual experimentar. Estaban dispuestos a pagar cualquier precio, pues sabían que en esta ocasión tendrían éxito. En la mente de Javier solo paso una idea que estaba decidido  hacerlo realidad. Ver   a su abuela de vuelta a la vida.

La señora era perfecta para la prueba. La recostaron en el suelo en medio de un círculo de velas y  un esbozo de la  estrella de cinco puntas. Empezaron a pregonar cantos diabólicos, invocando  a las almas del infierno para dar  vida al cuerpo inerte. Solo fue cuestión de un par de minutos; cuando la anciana empezó a patalear revolcándose en su propio sitio. Espuma empezó a brotar de  su boca, luego;  una aparente calma invadió el lugar hasta que abrió los ojos. El ritual dio resultados aunque nunca sospecharon los  efectos que podrían tener.


Después de aquel día nunca más volvió a preocuparse por la medicina de su abuela, aunque ahora que han pasado más de 50 años, Javier se pregunte hasta cuándo vivirá la anciana.