Había decidido parar en una cafetería. Su rostro demostraba el cansancio del insomnio, debido a pesadillas que no la han dejado tranquila. Mientras el mesero le servía el café bien cargado que había pedido, Aurelia no dejaba de observar el lugar sobre saltada, como si algo o alguien la estuviera persiguiendo. De su bolsillo saco un cigarrillo, que con su mano temblorosa logro encender, intentando calmar su ansiedad; de pronto, una desagradable cucaracha salió por la parte baja del plato donde asentaba la taza, camino hasta quedar inmóvil en un costado, Aurelia petrificada de terror la miro fijamente y fue cuando el insecto voló posándose en su rostro, de inmediato una crisis de nervios se apodero de su cuerpo y con gritos desesperados aparto al bicho, al tiempo que cayó la taza en el piso. Varios comensales lograron calmarla, aunque el miedo que las cucarachas causaban en ella, era el resultado de una espeluznante fobia que la estaba consumiendo en vida.
Sus pesadillas se repetían cada vez que por unos minutos lograba dormir. En ellas varias cucarachas se introducían por su boca y sus oídos, carcomiendo su cerebro y algunos órganos, el horror de sentirlas caminando por su piel hacían que despertara más angustiada que nunca. Se estaba volviendo loca de la paranoia. Decidida a terminar con esto, llego hasta el consultorio de la Doctora en Psicología Carmen Guzmán, quien indago en todos los aspectos emocionales de su vida, tratando de encontrar el origen de aquella fobia. Descubrió la oscura relación que mantenía con su madre y de los abusos que soporto cuando era niña – cuál es el mejor recuerdo que tienes de tu mamá- pregunto la Doctora. Aurelia con lágrimas en sus ojos contesto – Sé que resultara cruel lo que voy a decir, pero mi vida fue tan desgraciada, que el día cuando mi madre murió, sentí alivio en mi alma- A pesar de sus fuertes palabras, la doctora continuo interrogando – Quiero que despejes tu mente, te relajes y me digas ¿cuál fue el peor recuerdo de tu niñez? - en ese momento la joven exploto en llanto, cuando logro calmarse respiro profundo y conto lo que recordaba: - Yo tenía unos 6 años. Ese día mi mama llego a casa enojada como siempre, ya no recuerdo porque, pero; me pego tan fuerte que aun me duelen sus maltratos, luego; me lanzo en un pozo dentro del sótano, lleno de tierra y humedad; allí las cucarachas se paseaban por todo mi cuerpo, por más que gritaba nadie me escuchaba, hasta que me desmaye de la angustia. Eso nunca lo olvidare- La Psicóloga escucho atenta cada frase de Aurelia. Al final solo le dijo - A pesar de la horrorosa experiencia debes enfrentar a tu temor y decidir si vivir atada al pasado o avanzar con tu vida, piensa que los insectos son inferiores a nosotros y que no debemos temerles. Tú decides-
A pesar de intentar despojarse de aquellos pensamientos, su fobia se convirtió en demencia. Se encerró en el mismo pozo de su infancia causante de su problema, solo que en esta ocasión cuando las cucarachas empezaron a emerger de la tierra, Aurelia se las comió una por una. Cuando sus vecinos advirtieron de su ausencia, entraron a la fuerza a su casa, encontrandola desquiciada ingiriendo su peculiar festín. Después de aquello fue trasladada hasta el manicomio de la ciudad donde no acepta ningún alimento que no sean CUCARACHAS.
