jueves, 30 de mayo de 2013

CUENTO: EL PROFANADOR DE TUMBAS


Para Javier la felicidad e inocencia en la infancia es solo un espejismo que puede ver a lo lejos pero que jamás podrá alcanzar. A sus 14 años tiene que trabajar para ayudar a su abuela quien adolece una grave enfermedad. Hubiera preferido  jugar con sus amigos; pero tuvo que madurar a la  fuerza;  algo que sin duda lo llevo a cometer aquellos actos abominables.

Fue en el cementerio general, cuando el velador, un anciano de 80 años;  realizaba su caminata de  rutina por los senderos del campo santo, que hizo el espeluznante hallazgo. Varias tumbas habían sido profanadas. La tierra estaba completamente removida, y de los cadáveres solo quedaron  vestigios de su instancia. Para cuando intento  salir y avisar del macabro hecho, Javier lo sorprendió partiéndole la cabeza con un certero piedrazo que lo mato desangrado.  Su cuerpo formo parte de su botín.
El chico había encontrado una morbosa y peculiar forma de ganar dinero. Profanaba tumbas y vendía los cuerpos a una misteriosa secta satánica, que  utilizaban los cadáveres para comprobar un siniestro conjuro, cuya finalidad era resucitar a los muertos. Aquella noche, el ritual no salió como lo esperaban, asi que envolvieron los cuerpos en sacos llenos de piedras y los lanzaron al río, no obstante, la secta seguía perfeccionando sus oscuras intenciones.  A Javier poco le interesaba lo que hacía con los difuntos, pues el dinero recibido justificaba llevar consigo el olor a muerte por todos lados.
El dinero que lograba recaudar no eran suficientes para la medicina que necesitaba su abuela, quien lo crio luego de quedar huérfano de padres. La anciana significaba su única familia. Si algo de afecto existía en su vacío corazón,  provenía de ella. Sin embargo; la muerte no es algo de lo que simplemente se pueda escapar.  Luego de una larga agonía, falleció en su cama al regazo de su amado nieto.

Para ese momento los perversos integrantes de la secta, había perfeccionado su ritual. Llamaron a Javier pues necesitaban un nuevo cuerpo con el cual experimentar. Estaban dispuestos a pagar cualquier precio, pues sabían que en esta ocasión tendrían éxito. En la mente de Javier solo paso una idea que estaba decidido  hacerlo realidad. Ver   a su abuela de vuelta a la vida.

La señora era perfecta para la prueba. La recostaron en el suelo en medio de un círculo de velas y  un esbozo de la  estrella de cinco puntas. Empezaron a pregonar cantos diabólicos, invocando  a las almas del infierno para dar  vida al cuerpo inerte. Solo fue cuestión de un par de minutos; cuando la anciana empezó a patalear revolcándose en su propio sitio. Espuma empezó a brotar de  su boca, luego;  una aparente calma invadió el lugar hasta que abrió los ojos. El ritual dio resultados aunque nunca sospecharon los  efectos que podrían tener.


Después de aquel día nunca más volvió a preocuparse por la medicina de su abuela, aunque ahora que han pasado más de 50 años, Javier se pregunte hasta cuándo vivirá la anciana.

4 comentarios:

  1. GRACIAS... ME GUSTARIA COMPARTAS CON TUS AMIGOS MIS CUENTOS

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  2. fue muy aterrador ssssssssiiiiiiiiiiiiiii.....

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  3. esa historia dio pena pero no debía saquear las tumbas y fue muy egoísta..

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